historia de terror
. La mano huesuda
Una niña de siete años se había quedado con su abuela en su pequeño piso porque sus padres se habían ido al cine. Todo fue normal, cenaron y se rieron un rato charlando juntas. A las diez de la noche, la abuela se puso a hacer labores de costura, y la niña se puso a ver la tele, pero de repente a la abuela le entró una sed increíble, y le dijo a su nieta si le podía traer un vaso de agua.
-Está oscuro -dijo la niña.
-No temas, sigue el pasillo, que justo al lado de la puerta del baño hay un interruptor.
La niña se decidió, y al entrar al pasillo no veía nada porque estaba muy oscuro, por lo que se arrimó a una pared y fue palpando y tanteando a ciegas en busca de un interruptor. Al seguir andando y llegar al marco de la puerta del baño, se paró y siguió tanteando, y de repente notó como una mano huesuda intentaba arrastrarla a la oscuridad del baño. La niña logró apartarse y fue llorando a su abuela. Desde entonces, la niña está en tratamiento psicológico. ¿Que pasó, si solo estaban ellas dos en la casa y la abuela estaba en el salón cosiendo?
[Del apartado Historias de miedo para campamentos de la web de cultura popular oral Anecdonet].
9. ¿Quién apagó las psicofonías?
Lo que me dispongo a relatar es absolutamente verídico y relativamente reciente, me ocurrió a mí hace aproximadamente seis meses. A mí el mundo del espiritismo, las psicofonías y demás me produce mucha curiosidad, pero a la vez me asusta.
Un compañero de clase me proporcionó un CD que tenía grabadas algunas psicofonías. Mi hermano me propuso llevarme un portátil para escuchar el CD mientras se duchaba, y así lo hicimos. Antes de escuchar la primera psicofonía una voz presentaba el CD y hacía una advertencia: “Nunca lo escuchen a oscuras”. En ese momento, para asustar a mi hermano, apagué la luz del cuarto de baño y él gritó: “¡Enciende la luz!”. Cuando la encendí, el disco ya no sonaba. Alguien le había dado al stop. Yo no fui, de eso estoy seguro porque tenía el dedo en el interruptor de la luz, y mi hermano tampoco, estaba dentro de la bañera y a más de dos metros del portátil. ¿Quién apagó las psicofonías? No lo sé, y no estoy seguro de querer saberlo.
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